Los periodistas aragoneses celebraron la magia de su profesión “en unas circunstancias que convierten el oficio casi en un milagro”

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La Asociación de Periodistas de Aragón celebró este martes su fiesta anual, conmemorando el Día Mundial de la Libertad de Prensa, en un acto con la magia como hilo conductor, que el presidente de la asociación justificó, José Luis Trasobares, porque “el periodismo atraviesa unas circunstancias que convierten su ejercicio en una especie de milagro, más cerca de la magia blanca que de cualquier tipo de normalidad”.

Foto de familia con los premiados del año  FOTO: A Photo Agency
Foto de familia con los premiados del año FOTO: A Photo Agency

La intervención de José Luis Trasobares repasó las demandas de los profesionales a las empresas y la sociedad en un acto en el que también hubo momento para la fiesta, con la intervención de los magos Pepín Banzo y Pepe Lirrojo, y la celebración del oficio, con la entrega de los distintos premios de la asociación, encabezados por el Ciudad de Zaragoza a la mejor labor informativa del año, que ha reconocido los reportajes sobre refugiados emitidos en Aragón Televisión.

Laura Saínz-Aja, Iñaki Lasheras, Juancho García Barrecheguren y Roberto Asensio Flores recibieron este premio, patrocinado por el Ayuntamiento de Zaragoza, por “hacer visible” el drama de los refugiados y anunciaron que donarán los 3.000 euros de su importe a la asociación Ayuda al Refugiado en Zaragoza. Junto a ellos, Pepe Royo recibió el galardón a la trayectoria profesional; David Marqués, el de periodismo comarcal y Diego Ibarra el nuevo premio para periodistas en el extranjero.

Tras dar la bienvenida a los asistentes y felicitar a los premiados, el presidente de la Asociación de Periodistas de la APA destacó que “existen una serie de factores que condicionan cuando no impiden directamente el desarrollo de un periodismo capaz de controlar a los poderes políticos y económicos, profundizar en la información, desvelar las claves de la actualidad y contribuir a formar una opinión pública participativa y crítica”. “El modelo de negocio –agregó– ha estallado, las empresas de la información están en pérdidas, y en consecuencia su independencia anda bajo mínimos. De esta manera, los periodistas sufren los efectos del desempleo, la precariedad laboral y los bajos salarios, pero además tienen a menudo la sensación de que su actividad ya no sirve tanto a la ciudadanía como al interés de los poderosos. Y esos poderosos no siempre son políticos, sino más bien grandes compañías, altos ejecutivos, burócratas de las finanzas y otras entidades e instituciones de naturaleza fáctica”.

Intervención del presidente de la APA
Intervención del presidente de la APA

Sin embargo, frente a todos estos problemas, José Luis Trasobares proclamó que “pese a todo la información aún fluye. Existen esforzados becarios, falsos autónomos cargados de decisión, freelances, colegas capaces de irse a las zonas en conflicto a jugarse el tipo sin el respaldo de ningún medio concreto, colectivos de periodistas que investigan juntos materiales tan explosivos como los Papeles de Panamá… Pero también profesionales que desde posiciones más convencionales pelean cada día para preservar la integridad de sus trabajos superando las presiones y la autocensura. Todas ellas, todos ellos conjuran a diario la magia de este oficio y construyen su última versión en el ámbito digital sin renunciar a sus compromisos éticos y a su función social y política. En ello no hay truco sino vocación y compromiso. Pero sí, es un auténtico prodigio”.

Finalmente Trasobares se sacó de la manga un último argumento dirigido a la ciudadanía. “Son muchos –advirtió—los que juzgan al periodismo y a los periodistas. Nos ven demasiado incrustados en el Sistema, demasiado alineados con este o aquel partido y demasiado sometidos a las empresas editoras. Quizás sea así. Pero recuerden todos que nosotros somos gente normal, que aspira a ganarse la vida con su trabajo, que desea, como cualquier persona, un mínimo de estabilidad personal y familiar. Nuestro arquetipo no son los tertulianos que se repiten en radios y televisiones, sino los miles de profesionales de la información que construyen a diario un cuadro de la actualidad a menudo contracorriente. No existe otra profesión donde se combine de tal forma el riesgo a cualquier nivel con una rutina que exige constantemente algún tipo de compromiso. Sin periodismo, los entresijos de la realidad quedarían ocultos y la democracia se convertiría definitivamente en una farsa. Por eso necesitamos el respaldo y la complicidad de la ciudadanía. Ayudadnos. Con vuestro apoyo, la magia brillará en todo su esplendor”.

PREMIOS DE LA ASOCIACIÓN

La magia a la que se refería el presidente de los periodistas aragoneses estuvo representada en la entrega de los premios anuales de la asociación. El propio Trasobares entregó el galardón Ciudad de Zaragoza a Laura Saínz-Aja, Iñaki Lasheras, Juancho García Barrecheguren y Roberto Asensio Flores por los reportajes que durante 2015 dedicaron al tema de los refugiados.

Los presentadores del acto, David Marqueta y María de Miguel, destacaron como motivos de la concesión “que el periodismo, por encima de todo es servicio. Cuando la comunicación va más allá de los titulares, cuando consigue alumbrar rincones oscuros de la realidad, hacer visible lo que no se incluye en las agendas políticas, entonces es cuando cobra sentido”; además de destacar que los galardonados continuaron el esfuerzos fuera de su horario laboral, promoviendo el proyecto “Ayuda a refugiados en Zaragoza” al que han decidido donar el importe del premio.

En la lectura del acta, el jurado subrayó además expresamente el interés y calidad de todas las candidaturas presentadas a este premio, singularmente las de los periodistas de Heraldo de Aragón María José Villanueva por la serie de artículos publicados sobre el proceso de reversión al Estado de algunos de los saltos hidroeléctricos en el Pirineo, y Chema Rodríguez Moráis, por las entrevistas realizadas para la contraportada.

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Entrega del premio Ciudad de Zaragoza. FOTO: A Photo Agency

Los galardonados volvieron a dar el protagonismo citado al dar la palabra en el escenario a los dos refugiados que protagonizaban una de sus piezas. Así, Simeone, periodista de Togo, resaltó que salir de su país fue “la última opción que me quedaba por decir lo que yo creía que era verdad” y dio las gracias a APA por su apoyo prestado. De la misma manera, Roberto Asensio anunció que los tres mil euros del premio se donará al Grupo de Ayuda al Refugiado en Zaragoza. Todos coincidieron también en destacar el apoyo encontrado al tema y la importancia de contar historias como esta.

El premio a la trayectoria profesional, que reconoce toda la carrera de un periodista veterano, fue este año para Pepe Royo, que durante años dirigió el Centro Regional de TVE en Aragón, además de pasar por cargos como subdirector del Telediario 3, entre 1983 y 1985, o, previamente, jefe de sección en El Día de Aragón. Concha Monserrat glosó la figura del premiado, al que calificó de “nómada y de la vieja escuela”, repasando anécdotas e hitos de su larga trayectoria.

Al recoger su premio, Royo explicó para los jóvenes lo que debe ser el periodismo contando que Azorín se presentó para trabajar en el antiguo diario El País llevando una carpeta de recortes en medios locales, pero el redactor jefe le envió a comprar cerillas y luego le pidió que escribiera lo que había visto mientras hacía el recado. “Y no miró la carpeta sino que había visto cosas y sabía contarlas. Eso siempre va a ser el periodismo; y como decía Felipe Mellizo, contar siempre la verdad, aunque moleste y aunque te moleste a ti mismo”.

En el campo del periodismo local, se premió la labor de David Marqués como director del grupo Infomarcal, editor los periódicos comarcales, en papel y edición digital, Hoy en Cinco Villas, Ecos del Cinca y Tempero, por ser “un referente fundamental para dichas comarcas”. Marqués reivindicó al recoger su premio la importancia del periodismo comarcal, subrayando que “es valiente porque las noticias tienen nombre y apellidos; hay que hilar muy fino” y que por ello “es intenso en lo bueno y en lo malo”.

El listado de premios se completó con uno de nueva creación, con el que la APA quiere resaltar expresamente el trabajo de “los cada vez más numerosos periodistas aragoneses que realizan su actividad a lo largo y ancho del mundo”.

Inauguró la nueva categoría el fotoperiodista Diego Ibarra Sánchez, que actualmente vive en Líbano y se mueve por todo Oriente Medio y Asia Central, y que el año pasado publicó dos trabajos de largo recorrido, realizados en Pakistán, en New York Times, como el que ilustró las dificultades de la campaña de vacunación contra la polio. Gervasio Sánchez fue el encargado de entregar este primer galardón, que recogió la madre de Diego, Nieves Sánchez, y contó con la intervención del ganador vía Skipe.

Gervasio Sánchez destacó en la entrega que la celebración era “más bonita” al coincidir con la liberación de los tres periodistas secuestrados en Siria, “con lo que ha supuesto para las familias” y ha destacado la trayectoria de Diego desde que lo conoció señalando que “ha bregado en condiciones y zonas muy peligrosas realizando una labor impresionante” y señalando que este será el primero de muchos premios.

En conexión en directo, Ibarra Sánchez  dio las gracias “porque Aragón está muy presente en mi corazón” y ha dedicado el premio a su hijo, aunque también ha aprovechado para señalar que el periodismo debe ser “con pausa y profundo”, pero con la crisis actual, “no hay medios para dedicarle tiempo”.

Los divertidos números de magia de Pepe Lirrojo y Pepín Banzo y las intervenciones de los presentadores completaron con una nota de humor un acto, al que siguió un tapeo para concluir una noche de encuentro entre compañeros de profesión.

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Foto: A Photo Agency

FIESTA DE LOS PERIODISTAS 2016.   FOTOS: A PHOTO AGENCY