Noticias cucaracha

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Seguro que recordaréis aquel anuncio de los 80 en el que se decía que “las cucarachas nacen, crecen, se reproducen y, con el nuevo Cucal, mueren y desaparecen”. Pues resulta que este proceso no solo vale para las cucarachas; la mayoría de las noticias en los medios se comportan exactamente igual. Con la única diferencia de que somos los periodistas los que las hacemos desaparecer por arte de magia cuando consideramos que la cosa ya cansa. Sí, sí, cuando cansa, no cuando se soluciona.

El ébola ha desaparecido de las portadas de los medios españoles porque Teresa Romero está curada y, por cercanía y por puro egoísmo, era ella la única que nos importaba. Bueno, y, después de ella, los otros infectados en el Primer Mundo, que también están recibiendo poco a poco el alta médica. Controlado el Primer Mundo, la cosa vuelve a estar en orden: vuelve a ser una enfermedad de pobres. Ha contagiado a 15.000 personas y matado a 5.000 en los últimos 11 meses. Sí, vale. Pero en su mayoría son todos africanos y, por muchos que sean, tienen mucho más difícil eso de hacerse un hueco en las portadas. Para ocupar esos sitios privilegiados ya tenemos a un amplio abanico de Pujoles, Blesas, Bárcenas, Urdangarines y Monagos que compiten a diario con ahínco por abrir los informativos. Cada uno metido en su correspondiente ‘caso’, que si Gurtel, que si Púnica, que si Enredadera, que si Noos, que si tarjetas Black…Con tanta operación abierta no me extraña que a este país no lo reconozca ya ni la madre que lo parió.

Y es que la realidad de esta España nuestra parece haber tomado un ritmo tan desenfrenado que ni siquiera los que se dedican a informar todos los días sobre ella parecen tener tiempo de digerir para luego analizar lo que sucede. La incompetencia política y la inutilidad personal de la ministra Mato al frente de la crisis del ébola hoy nos parece algo viejo y lejano. El paso de los días, la aparición de otras noticias y corruptelas y el hecho de que la enferma se haya recuperado parecen haber depurado responsabilidades. Pero no. No ha sido así. La aparición de otras noticias de impacto relega a las anteriores a un injusto segundo plano hasta hacerlas desaparecer. Y todo sin que en el proceso dé tiempo a conocer toda la verdad, a matizar, a saber, a investigar… Por eso, tristemente, los medios de comunicación transmiten medias verdades; crudas, sin hacer, sin cocinar…

Porque la verdad de todas las historias siempre está en los matices, pero los medios y su realidad particular ya no tienen tiempo para matizar, así que, mucho me temo, que seguirán matando cucarachas con el ‘nuevo’ Cucal.

 Esther Aniento

Periodista