Alejandro Bolea: “Seguro que hubiera tenido una brillante carrera como director de algún hotel, pero decidí meterme en las entrañas de los medios”

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Leticia Celma

Comprometido con la profesión, entusiasta, trabajador y tenaz, así se describe Alejandro Bolea que, con 24 años, ha ganado el Premio Asociación de Periodistas de Aragón- Ciudad de Zaragoza 2013. Este periodista zaragozano, graduado en 2012, era un becario en El Periódico de Aragón cuando se le propuso cubrir los desahucios y la información relacionada con este asunto social. Estos reportajes, que formaron parte de las portadas del diario, fueron valorados positivamente por el Jurado. Se declara amante de la radio, aunque ha pasado por radio, televisión, prensa y medios digitales. Ahora está desempleado, pero se muestra positivo respecto a su futuro y al de la profesión periodística.

¿Qué supone para un periodista tan joven recibir el Premio APA-Ciudad de Zaragoza?

Es un orgullo. Por ejemplo, este trabajo lo hice mientras era becario. Te das cuenta de que si se apuesta por la gente joven, el trabajo puede salir adelante. Entonces me enorgullece todavía más decir: “Lo he hecho de becario y he conseguido sacar un buen trabajo adelante”. Y, sobre todo, creo que es una muy buena oportunidad, es un reconocimiento importante para tirar hacia delante. Ahora hay que seguir trabajando para que el día de mañana no sea solamente un premio sino que pueda llegar a conseguir más.

 

Se premia su cobertura en los desahucios, ¿cuáles fueron sus inicios?

Mi primer desahucio lo cubrí apenas después de una semana de llegar a ‘El Periódico de Aragón’. Poco más que me asignaron mi sitio, mi ordenador, empecé a conocer a los compañeros y ya me tocó el primer desahucio, que fue el de Ancy Buaty. Fue un desahucio muy mediático. Esta información formó parte del tema del día, la parte más representativa del periódico. Empezar así y tan fuerte, estaba muy bien.

premiados APA 2013

 Los premiados de la APA, tras el acto de entrega./APhoto Agency

¿Cómo se decantó por este tema?

El tema de los desahucios me vino un poco impuesto, y desde entonces le cogí el gusanillo. Vives una situación complicada que, sobre todo para un becario, al principio puede resultar incluso impactante. Pero las sensibilidades hay que dejarlas a un lado y ser lo más objetivo y profesional posible. A raíz de ese desahucio fui encaminando una información tras otra hasta llegar casi a especializarme.

 

Una de las cosas importantes, que he presentado en la candidatura, es que ‘El Periódico de Aragón’ es probablemente el único medio presente en todas las movilizaciones de los afectados por los desahucios a finales de 2012 y principios de 2013. No era un caso puntual, todos los días había desahucios y personas en esa situación en Huesca, Teruel o Zaragoza. Ahí parte el amor por los desahucios. El tratamiento de ‘El Periódico de Aragón’ sobre los desahucios es muy riguroso y muy respetuoso y creo que está muy bien enfocado, objetivo y anexionado.

 

¿Cómo mantuvo la objetividad en una situación impactante, según califica?

Es difícil. Como periodista hay que intentar ser lo más objetivo posible, siendo que realmente la objetividad es, como todo el mundo sabe, prácticamente imposible. Luego puedes jugar con el enfoque, pero no puedes, o no debes, crear juicios paralelos en unos hechos que se están tramitando en un Juzgado. ¿Cómo mantenerse? Yo cuento lo que hay, intento dar la oportunidad a las dos partes de que puedan expresar sus opiniones. Si uno acusa al otro y el otro no se quiere defender es porque el otro no querrá, no porque yo no le haya dado la oportunidad. Cuando estamos hablando de una entidad bancaria hay alguna que no se presta a expresar su opinión. Entonces intentas ser objetivo, fuerte y, sobre todo, profesional. Es complicado y duro. Ésa es la base del trabajo. Hay que ser lo más riguroso posible porque al día siguiente trasladas esa información y tiene que ser lo más pulcra posible.

 

En la cobertura de los desahucios, en ocasiones el banco parece el malvado. ¿Cómo conseguía las declaraciones de esta parte?

Intentas que ambas partes puedan expresarse. La más débil lo aprovecha. Creo que los bancos no han sabido aprovechar la oportunidad que se les ha brindado. Cuando das la oportunidad a una determinada entidad bancaria de poderse expresar y te dicen: “No, no queremos hablar”. Ese “no queremos hablar” no es la solución. A veces parece mentira que haya un gabinete de comunicación y gente pensando detrás de una entidad, porque no es la estrategia que debería seguir. Hay que enfrentarse al problema, dar puntos de vista, porque hacer la callada, como algo general, no tiene ningún sentido. Incluso ellos mismos acaban dejando que la otra parte protagonice las noticias. No es que se haya victimizado a las entidades, sino que ellas mismas no han querido dejar constancia de sus opiniones. Ellas mismas se han limitado y la imagen no la han cuidado. Y algunas, como me ha pasado, tachan tu trabajo de un daño reputacional. No quiero decir que todas las entidades hagan esto.

 

ALEJANDRO BOLEA GRACIA

Alejandro Bolea se graduó en 2012./AB

Como becario, ¿qué tipo de filtro pasaba su trabajo?

He contado con mucha ayuda de la gente de El Periódico, gente muy profesional que está desarrollando su trabajo a veces en situaciones difíciles. Los medios de comunicación están pasando por situaciones complicadas. La gente de El Periódico entiende que un becario puede llegar a ser una persona más de la redacción, y eso está muy bien. Un becario no es el tipo que te trae los cafés, es un compañero más que puede sacar un trabajo.

Es importante que el equipo te eche una mano. Son temas complicados, con procedimientos judiciales y a veces con tecnicismos, como el argot de los juristas. Entonces es importante que si tienes un compañero que maneja este tipo de argot, como Eduardo Bayona en el caso de El Periódico, te apoyes en ellos. Ese trabajo lo firmas tú, pero no quiere decir que también lo hagan los demás sino que hay un poquito de cada persona en ese trabajo. Luego evidentemente la clave de toda la cobertura es Dalia Moliné, la persona que ha estado detrás, la jefa de la sección del área de Local, y que ha estado tutorizando, explicando y confiando en encomendarme estas tareas. Casi me parece que he sido el único periodista en la redacción que ha hecho desahucios, luego continuó un compañero.

 

Antes de la carrera ya realizó prácticas ¿cómo las valora?

Las prácticas son muy importantes. Son la base que todo periodista joven debería tener. Entiendo que a veces resulte complicado, y a algunos hasta dramático, decir que este verano hago prácticas y voy a dedicar plenamente los meses de julio, agosto, septiembre y octubre. Son muchos meses, son muchas horas y eres muy joven. Pero creo que la clave para ser el día de mañana un periodista potencial y un periodista profesional se adquiere en las prácticas. Hay muchos compañeros que han tenido que hacer prácticas porque se les obliga, si no alguno no las haría. Al que realmente le gusta el periodismo y quiere dedicarse a esta profesión, complicada y difícil, tiene que hacer prácticas y buscárselas por sí mismo porque nadie va a venir a buscarle. Años después, cuando analizas tus primeras prácticas, te das cuenta de lo que has avanzado y eso es reconfortante. En las universidades lo práctico escasea. Si quieres conocer cómo funciona un medio, los libros de Teoría de la Comunicación están muy bien, pero donde se aprende es en los medios. Nadie se puede quedar sin prácticas.

 premiados y presidente APA

Puyó, Trasobares, Urresti, Bolea y Puértolas, en la Fiesta de los Periodistas./APhotoAgency

Su generación casi es la de los becarios eternos.

Es una pena. Ir encadenando contratos, ya sean temporales o bajas, no es la solución. Hay que apostar por gente joven y que las dos generaciones, tanto la actual como la nueva, trabajen conjuntamente. Hay profesiones que se parecen un poco a la nuestra, como la de Relaciones Públicas o Publicistas, que hoy por hoy están realizando trabajos que tendrían que hacer periodistas. Es una de las profesiones donde más intrusismo hay. Los que tienen la llave para evitarlo son muchas empresas de comunicación que siguen contratando gente de otras carreras en vez de a nosotros. Parece que nos hemos quedado relegados. Lo que no puede ser es que un becario ingeniero pueda llegar a cobrar una beca mucho más alta que la de un periodista. ¿Qué está ocurriendo para que de repente se esté infravalorando la profesión periodística? Los becarios están muy bien para la temporada, pero hay que contratar a la gente y buscar el dinero de donde sea.

 

¿Ha renegado en algún momento de la profesión?

Lo cierto es que en prensa escrita alguna vez me ha pasado. Acaban siendo muchas horas, llegas a la madrugada, ya no te da ni para leer y hay algún fallo que se te escapa, algún enfoque o subtitulo que no acabas de ver y te frustras. Ahí es cuando empiezas a decir: “Necesito ir a la radio”. Quizá con prensa me ha podido pasar. Pero si de verdad te gusta, estás comprometido y sabes que es lo tuyo, es tu trabajo. Hay momentos más bonitos, otros menos bonitos, pero al final estás enganchado. Es vocacional. Empecé haciendo ADE y al final terminé haciendo periodismo, que era lo que siempre había querido. Mi primera frustración vino cuando hacía ADE porque me preguntaba qué hacía estudiando estadística si no era lo mío.

 

Nombra el periodismo como algo vocacional, ¿cuándo surgió su vocación?

En el colegio empecé a darme cuenta. Ya hice cosas con las que se intuía que acabaría haciendo periodismo. En tercero de ESO hice mis primeras retransmisiones en las Baby Olimpiadas. Me dejaron un micro en la mano, me dijeron que había altavoces por todo el colegio y que retransmitiera durante dos o tres horas. Esto ya fue imparable cuando me compraron un micrófono La minicadena con el micrófono y los 40 Principales hacen un daño tremendo (COMENTA CON HUMOR). Te empieza a picar el gusanillo de oírte, de hacer cosas divertidas y acaba gustándote tanto que quieres ser Toni Aguilar o un locutor importante. Además tengo familia periodística, un tío concretamente. Y te acaba gustando. Es vocacional 100%. De hecho, dejé la carrera de Económicas por Periodismo. Seguro que hubiera tenido una brillante carrera como director de algún hotel, pero decidí meterme en las entrañas de los medios sabiendo que iba a ser mucho más duro, pero tendría la satisfacción de hacer lo que realmente me gusta.

 

Ha estado en radio, prensa, televisión y medios digitales. ¿Por cuál se decanta?

El más atractivo es la radio porque es más directo. La prensa escrita es muy dura porque son muchas horas, un trabajo muy arduo. Es difícil enfrentarse todos los días a una página de periódico vacía. La tele y la radio, como medios audiovisuales, tienen un encanto tremendo. En la tele está todo como más guionizado. Y en la radio puedes dejar escapar tu forma diferente de trabajar sin tanto guión. Aquí hay programas muy bien trabajados, como los de Radio Zaragoza o la COPE que cuentan con una audiencia muy fidelizada. Otra cosa es la oportunidad que tengas en la radio en Zaragoza. Parece que tenemos en la cabeza que se hace entre cinco y la buena radio no se hace entre cinco personas. La televisión es la gran apuesta. Es importante que dentro de esa tele también haya una apuesta por profesionales de la tierra, un compromiso con la profesión periodística aragonesa.

 

Pregunta obligada para los entrevistados, ¿en qué situación ve la profesión?

Es innegable que el periodismo está pasando por un momento complicado. Ya entré justo con la crisis. Sabía que iba a ser complicado encontrar trabajo el día de mañana y que seguramente no podría vivir del periodismo. Además había escuchado muchas veces que del periodismo no iba a vivir. Creo que eso no es del todo cierto. Tú puedes vivir del periodismo. Lo que siempre he dicho a los compañeros es que hay sitios para nosotros. Es un mensaje muy positivo hacia la profesión. Habrá un momento en el que las cosas se solucionen. Quizá no sea dentro de un año o de dos, pero igual dentro de cuatro o de cinco. Lo que me da pena es toda la gente que se está formando y que ahora ven que el mercado está muy negro. Creo también que hay mucha culpa por parte de las universidades en empezar a sacar periodistas en serie, como los coches. Hay que plantearse y preguntarse si realmente hacen falta tantas facultades, si realmente hace falta tanta gente que estudie periodismo. Te das cuenta que somos muchos para muy pocas plazas y cada vez hay menos plazas, y acaba siendo una competición muy dura. Hay que dignificar el periodismo para que la gente vuelva a creer en nosotros, que se contraten periodistas y que se valoren frente a otras profesiones. El periodista es imprescindible. Cuando intentas hacer una foto en la calle siempre hay alguien que te recrimina o pone mala cara. Pero todo el mundo, al día siguiente, compra el periódico para ver lo que ha sucedido.

 

El premio le llega en un momento de desempleo. ¿Qué camino va a tomar ahora?

Es un camino que todavía no tengo muy bien pensado porque el desempleo es una situación complicada. También espero que este premio sirva para que alguien confíe en mí. Me encantaría descolgar una llamada que me ofreciera formar parte de su redacción porque soy una persona joven y con un premio, y creo que es una buena apuesta para un medio. No voy a decirle a nada que no. Me gustaría formar parte de un equipo de profesionales de cualquier casa, sobre todo de radio y de televisión. Creo que por mi perfil audiovisual es donde más resalto. Espero que alguien se fije en mí y valore todo este tipo de circunstancias.