Mikel Ayestaran asegura al recibir el Premio Porquet que “Internet se ha convertido en algo tan importante como el agua, si no consigues transmitir no existes”

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Uno de los primeros actos de la jornada inaugural del Congreso de Periodismo Digital ha sido la entrega del emblemático Premio Porquet. El reportero Mikel Ayestaran (Beasain, Gipuzkoa, 1975) ha recibido el XVII premio de periodismo José Manuel Porquet, otorgado por el Congreso de Periodismo Digital de Huesca, por su trabajo transmedia como corresponsal en Oriente Medio.

Los encargados de entregar el galardón han sido Pilar Alegría, consejera de Innovación del Gobierno de Aragón, y José Luís Trasobares, presidente de la Asociación de Periodistas de Aragón. El jurado ha querido destacar la calidad de las candidaturas presentadas este año. Finalmente, por unanimidad, el premio ha recaído sobre “el reportero freelance de las grandes crisis mundiales que ha sabido llevar los conflictos a los 140 caracteres, incluyendo imagen y video, y con una mirada propia a la crisis de los refugiados”.

“Cumplo 10 años trabajando en formato multimedia en zonas de conflicto y postconflicto y todavía estoy aprendiendo”, ha asegurado Ayestaran al comienzo de su discurso. El guipuzcoano  ha destacado el carácter cambiante de las redes sociales y de los medios digitales y su constante evolución tanto como fuente informativa como medio para expresas opiniones: “Internet se ha convertido en algo tan importante como el agua, si no consigues transmitir no existes”, ha afirmado.

“Hay una leyenda urbana que dice que los periodistas de conflicto nos movíamos siempre buscando los mejores bares y hoteles. Ahora, cada vez que llegas a un lugar buscas el sitio con la mejor conexión posible y sobre todo que no se corra la voz porque la banda ancha es limitada. Lo que podemos sufrir para hacer un envío”, ha afirmado el periodista que actualmente reside en Jerusalén –desde donde cubre la zona de Oriente Medio, Túnez y la India-, y colabora con los grupos EiTB y Vocento.

También ha hablado de los grandes retos del periodismo actual, de la importancia de la interacción y de la censura. “Pese a los filtros que existen, cada vez es más difícil censurar. En cuanto se van poniendo barreras la gente va buscando cómo saltarlas” ha añadido.

Como cierre, el periodista  ha retomado su reflexión inicial lanzando una pregunta a la audiencia: “Cumplo diez años con una mochila llena de cámaras y equipos dobles, dos ordenadores, dos cámaras cables, satélites… Todo lo necesario para seguir siendo operativo. Algunos colegas me acusaron por ‘matar la profesión’, por ser, en definitiva, un hombre orquesta. No he matado la profesión, lo que se ha premiado es el  presente. ¿Y cuál es el futuro? Eso lo dejo en manos de todos los que estáis aquí. Nos vemos en la redes”.