Muere la fotógrafa francesa Camille Lepage a los 26 años

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La Asociación de Periodistas de Aragón (APA) condena los ataques a los profesionales que ejercen su trabajo con el objetivo de que los conflictos salgan a la luz. En este caso, Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha informado en su página web de la muerte de la fotógrafa francesa Camille Lepage con 26 años en la República Centroafricana. Su trágica muerte se suma a las de 17 periodistas que han fallecido desde principios de 2014, según RSF.

La muerte de la fotógrafa francesa Camille Lepage, a la edad de 26 años, es una tragedia para el periodismo. Su cuerpo fue encontrado en un coche entre Bouar Garoua y Boulai, al oeste de la República Centroafricana, en la carretera hacia Camerún. “Los restos de la Señora Lepage fueron encontrados por una patrulla de la fuerza Sangaris, durante el registro de un vehículo conducido por elementos anti-Balaka en la región de Bouar”, ha dicho una fuente del gobierno francés.

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Camille Lepage, en una imagen difundida en Twitter./@NoticiasMVS

“Estamos profundamente consternados por esta trágica pérdida de una joven periodista que mostró un coraje extraordinario en su trabajo diario”, ha dicho Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras. “Tuvimos la oportunidad de tratarla entre dos historias. Ya en diciembre de 2013 nos habló del clima de creciente tensión para los periodistas en África Central. Su espantosa muerte muestra cómo los periodistas se exponen al peligro en su búsqueda de información, tanto en la República Centroafricana como en otras zonas de conflicto”.

A pesar de juventud, Camille Lepage tenía una amplia experiencia como reportera gráfica. Tras recorrer Europa a principios de su carrera, cubrió la revolución egipcia en 2011, antes de volar a África, donde captó los primeros pasos del nuevo Sudán del Sur en 2012 y recordó el horror del conflicto Montañas Nuba en Sudán. Fascinada por lo que llamaba las “causas olvidadas”, había estado en Centroáfrica incluso antes del inicio de operación Sangaris para presenciar la vida cotidiana de los afectados por esta guerra fratricida. Allí, según sus colegas, se destacó por su valor y por estar siempre un paso por delante de la acción, en contacto con los antiguos Seleka en los barrios de Bangui o cubriendo el desarme.

En septiembre de 2013, Reporteros Sin Fronteras le había prestado un chaleco antibalas para un reportaje anterior en mismo país.

El conflicto en la República Centroafricana, que comenzó con la toma de Bangui por parte de la coalición rebelde Seleka en marzo de 2013, asestó un duro golpe a la libertad de información en el país. Los locales de la mayoría de emisoras radio y periódicos saqueadas por los rebeldes Seleka. Al intensificarse el conflicto, en diciembre de 2013, y con el surgimiento de las milicias anti-Balakas, se han multiplicado las amenazas contra los periodistas, acusados desde ambos bandos de estar a favor de una u otra facción. Muchos de ellos se han visto obligados a ocultarse o a abandonar el país después de haber sido amenazados de muerte. Hoy en día, la mayoría de los periodistas centroafricanos han dejado de ejercer, y los que se atreven son amenazados por sistema.

La República Centroafricana ha registrado la mayor caída en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras, con una pérdida de 44 posiciones. Situada en el puesto 65 en el año 2013, aparece en el 109, entre 180 países, en la edición de 2014 del ranking.